¿Qué son los Trastorno del Espectro Autista (TEA)?
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Es un espectro porque sus manifestaciones y gravedad varían ampliamente entre las personas que lo presentan, desde casos leves hasta formas más complejas.
El TEA puede incluir desafíos en varias áreas. En la comunicación, algunas personas tienen dificultades para hablar, mientras que otras pueden usar el lenguaje de forma inusual, como repitiendo frases o mostrando problemas para comprender matices sociales. En cuanto a la interacción social, es común que quienes tienen TEA presenten dificultades para interpretar emociones, mantener contacto visual o desarrollar relaciones. En el comportamiento, pueden mostrar patrones repetitivos, intereses muy intensos en temas específicos y sensibilidad sensorial, como reacciones fuertes a ciertos sonidos, texturas o luces.
Las causas exactas del TEA no se conocen completamente, pero se cree que involucran una combinación de factores genéticos y ambientales que afectan el desarrollo cerebral desde etapas tempranas. No está relacionado con las prácticas de crianza y afecta a personas de todos los contextos.
El diagnóstico suele realizarse en la primera infancia, aunque algunos casos más sutiles pueden detectarse más tarde. Las señales tempranas incluyen retrasos en el desarrollo del lenguaje, falta de interés en el juego social o conductas repetitivas. La evaluación debe ser realizada por un equipo especializado que incluya pediatras, psicólogos y terapeutas.
Aunque no existe una cura para el TEA, las intervenciones tempranas son esenciales para potenciar el desarrollo. Las terapias se adaptan a las necesidades individuales e incluyen logopedia, terapia ocupacional, intervención conductual y apoyo educativo. Estas herramientas buscan mejorar habilidades sociales, comunicativas y de autonomía.
El papel de las familias es fundamental, ya que el apoyo en casa y un entorno estructurado facilitan el desarrollo del niño. La comprensión y la inclusión son clave para fomentar su bienestar y participación en la sociedad.