Desde el año 2006, el 18 de abril se celebra el Día Europeo de los Derechos de los Pacientes, una fecha en la que se reivindica que los diferentes sistemas sanitarios garanticen a los pacientes y ciudadanos europeos el cumplimiento de derechos fundamentales que impactan directamente sobre el estado de salud de la población. Hoy, desde irneuro tenemos presentes a los pacientes pediátricos, a los niños, y reivindicamos que se reconozcan sus características y no sean tratados como «adultos en pequeño».
La edad pediátrica comprende desde el nacimiento hasta los 14 o 18 años, según los países[1], abarcando un variado surtido de pacientes -desde un bebé recién nacido hasta el adolescente- con muy diferentes características.
Los pacientes pediátricos tienen derecho a atención personalizada, a que se les hable por su nombre (y de preferencia como les guste ser llamados), a ser atendidos con equidad, sin privilegios, ni discriminación por su enfermedad, edad, raza, religión o condición socioeconómica.
Debe guardarse la confidencialidad y la privacidad durante su atención en consulta externa y hospitalización. La información a los pacientes pediátricos y a sus padres o tutores debe ser clara, completa, veraz, entendible.
La participación de los niños en proyectos de investigación debe ser previo consentimiento informado (si el niño no acepta, no participará y no habrá ninguna consecuencia en su tratamiento).
Tienen derecho a estar acompañados durante el proceso de atención, consultas, procedimientos, hospitalización y traslados. También, a ser atendidos sin tiempos de espera prolongados.
Debe procurarse evitar el dolor a los pacientes pediátricos y garantizar su seguridad: prevenir caídas, infecciones hospitalarias, y otros eventos adversos.
Tienen derecho a tener un expediente clínico, donde se registre su historia clínica, evolución, resultados de estudios, procedimientos y pronóstico. También tienen derecho a una segunda opinión, y a tener un resumen o a una copia de su expediente clínico, si ellos, sus padres o tutores lo solicitan.
Es importante proteger todos estos derechos de los niños que estén en una situación de especial vulnerabilidad, pero no podemos olvidar algo fundamental, que los niños necesitan tiempo y espacio para jugar. “Jugar no es un lujo, es una necesidad”, también en niños con alguna enfermedad o discapacidad.
BIBLIOGRAFÍA:
Scorza, C. Revista CONAMED, Vol. 14, número 4, octubre – diciembre. Méjico, 2009.
[1] Desde el 2013, en España, la edad pediátrica se amplió hasta los 18 años.